La crema catalana y la crème brûlée son dos postres sumamente populares y exquisitos. A menudo se confunden debido a sus similitudes en apariencia, pero poseen diferencias muy particulares. Tanto en sus ingredientes como en sus métodos de preparación. Cada una tiene su encanto único y atractivo sabor que consigue cautivar los paladares de quienes las prueban.

Crema Catalana

La crema catalana es un postre tradicional de la Cataluña (España). Está hecha principalmente de yemas de huevo, azúcar, leche y un toque de cáscara de limón y canela. Debido a la presencia de estas especias, esta crema tiene un toque ligeramente cítrico y especiado. La receta original también requiere que se utilice almidón o harina para espesar la crema.

Para hacer la crema catalana se debe hervir la leche con las especias, después se mezcla con las yemas, el azúcar y el almidón. Posteriormente, se lleva la mezcla al fuego hasta que espese. Finalmente, se coloca en un recipiente y se carameliza con azúcar en la parte superior para obtener su característica capa crujiente.

Crème Brûlée

Por otro lado, la crème brûlée es un plato clásico de la gastronomía francesa y está hecha de nata, yemas de huevo, azúcar y vainilla. Este último ingrediente aporta su toque distintivo de sabor dulce y floral. A diferencia de la crema catalana, la crème brûlée no lleva ninguna harina o almidón.  Por lo que su textura es más suave y cremosa.

La preparación de la crème brûlée también difiere un poco. Primero se combina la nata con la vainilla y se calienta hasta hervir. Luego se mezcla con las yemas batidas con azúcar. La mezcla se cuela y se divide en ramequines. Luego se cuece al baño María en el horno. Al igual que la crema catalana, la crème brûlée se cubre con una capa de azúcar caramelizado justo antes de servir.

¿Cuál es Mejor?

Como todas las cosas en la gastronomía, decidir cuál postre es mejor es una cuestión de gusto personal. ¿Prefieres el matiz especiado de la crema catalana o el suave sabor a vainilla de la crème brûlée? ¿Te gusta más la textura ligeramente espesa y mantecosa de la crema catalana o la jugosidad suave y cremosa de la crème brûlée? Al final del día, la verdadera delicia está en el disfrute de ambas delicias.